Deshaucios sociedad despierta

   La crisis económica es mas visible y vil cuando devora a los mas desfavorecidos, es cruel cuando dilapida las ganancias de los yupis, pero cuando se cristaliza en la despiadada figura del desalojo de una vivienda familiar, cuyos ocupantes personas sin mas destino que el frio asfalto de las calles, es entonces cuando la conciencia de la ciudadanía es sensibilizada.

   Ha tenido que hacerse público el quebranto de vidas, ánimas desesperadas que no encontraron mas sosiego a su desesperación, que acortar sus vidas, tal vez en un aliento de heroicidad, pensando su acto despertaría las conciencias de las entidades financieras. No fue así. La fría mano de los desalojos, empezó a escuchar el rumor de las protestas, cuando vio afectado el valor de sus marcas, para ello hicieron falta manifestaciones numerosas de personas rebeldes a la resignación que nos habían educado debía ser nuestra conducta.

   No hemos actuado con inteligencia, la individualidad es la debilidad que las aves de rapiña supieron celosamente abusar. ¿Cual es la debilidad que podría provocar un cambio en el dolor que nos aflige?, creo es la pregunta que nos debemos formular, para obtener el arma que nos permita defendernos.

   Analicemos: Se trata de un producto (de consumo), en consecuencia, son dependientes del consumidor, si percibimos el producto como perjudicial implícitamente rechazaremos su uso y por consiguiente este desaparecerá o cambiará su política.

   Hagamos público que las viviendas son un derecho, no una inversión, si estas asumieran un valor real, si estas pudieran adquirir un valor en subasta pública mediante el cual es el usuario futuro propietario, quién decidiera su valor, entonces este sería acorde a la realidad.

   Es interesante participar en este proceso de democratización, según el cual es el individuo participando en un proceso colectivo quién asigna un valor a las cosas (y no los mercados), la plataforma de la autopista de la información de internet nos ha facilitado una estructura mediante la cual podemos asistir a una subasta judicial electrónica sin tener que desplazarnos. De este modo se puede participar en una subasta pública de pisos, sin las burocracias, sin las artimañas de oportunistas que provocan una subida perpetua de los precios en su propio interés.

   Es vital que participemos en estas subastas, para dar salida a propiedades vacias de propietarios, al pujar en estos bienes pignorados facilitamos que una familia no sea desarraigada de su casa, conseguimos que una casa tome el valor de hogar y adquiera existencia útil.

   Nuestra sociedad precisa despertar, luchar por los individuos de forma inteligente.